Estudio de Pedro J. Lacort Navarro - Año 1986
En septiembre de 1984, fue encontrado en el cuartel de la
guardia civil de La Rambla (Cordoba), al realizar obras, un bloque
de caliza negra con vetas blancas, de la llamada "piedra de mina" de la Sierra de Cordoba, que estaba partido verticalmente en dos
fragmentos mas o menos iguales. Fue trasladado a un corral
vecino, donde 1o pudimos estudiar, y se conserva hoy en el
Ayuntamiento de dicha población. El bloque mide 58,5 cm de alto, 113 de ancho y 26-25 de
grueso. Tiene la cara frontal alisada, mientras que 1os bordes y la
parte de atrás han quedado toscamente labrados, por 1o que
resulta evidente que originalmente estaba empotrada en alguna
construcción, en nuestro caso, con toda probabilidad, encima de
la puerta mencionada en el texto.
Los bordes están algo deteriorados,
1o que, sin embargo, no afecta al texto, que solo ha
perdido una letra en 1.6 a causa de la fractura, como tampoco 1o afectan 1os numerosos desconchados observables en toda la superficie.
En la parte inferior izquierda se aprecia un rehundimiento
horizontal, que parece corresponder a la fijación de una grapa, posiblemente posterior a su colocación original, ya que no
se repite en el lado derecho. Las letras miden 7-6,5 cm. (1. I) y 5-
4,5 cm. (1. 2-6). La interrupción es triangular. El texto dice
(fig. 1)
L(ucio) . Lentulo . C(aio) . Marcello . co(n)s(ulibus)
Q(uinto) . Cassio . C(ai) . f(ilio) . Long(ino) . tr(ibuno) . pl(ebis) . pro . pr(aetore)
Binsnes . Vercellonis . flilius) . X . vir . maxs(umus)
M(arcus) . Coranus . Acrini . flilius) . Alpis
5 aedilis . portam . faciund(am)
coer(averunt) . [d]e . sua . pecun(ia) '
Se aprecia el esfuerzo hacia una ordinatio cuidada, centrada
alrededor de un eje central, 1o que, sin embargo, no se logro. Si
bien las 1. 2-4 arrancan de la margen izquierda, el lapicida, al final
de 1. 3 ya se encontró en apuros para incluir todas las letras y le
sobró espacio al final de 1. 4. Las 1. 1 y 5 tienen una amplia
entrada por la izquierda, a la que no corresponde una entrada
igual por la derecha; sin embargo, en 1. 5, preferimos leer faciund(am)
al igualmente posible faciund[am]. L. 5 esta todavía
mas corrida hacia la derecha; aquí, desde luego, el texto termina
de todas formas con una abreviatura, pecun(ia).
Esta ordinatio no del todo lograda, pero muy frecuente en
inscripciones tardo-republicanas (cf. también el desplazar el texto
hacia arriba, dejando un amplio espacio al pie del campo epigráfico),
coexiste con una escritura verdaderamente excelente y nada
provincial. Las letras muestran 1os rasgos normales de la época,
con todos 1os trazos de igual grosor y muy profundos; se advierte
una marcada tendencia hacia 1o horizontal en A, M, N (allí sin
pies en 1os enlaces de 1os trazos, que, por el contrario, tienden a
alargarse hacia arriba), C, D, E, F, G, P y S, con la O perfectamente
circular y siempre más pequeña que las demás letras (en
COS, final de 1. 1, sólo tiene la mitad de las letras vecinas). La
D se construye a base de L, la panza de la R no se cierra. Llama
la atención el acabado diagonal de 1os trazos horizontales de la E
(no siempre en todos 10s trazos), de F, L y T.
Es característica también de la época la utilización de la piedra
de mina en la zona de Córdoba y su campiña, que, a partir de 1os
flavios, iría sustituyéndose, tanto en epígrafes públicos como
particulares, por el mármol -generalmente blanco- y a veces por calizas biomicritas polícromas pulimentables. En época visigoda
continuaba la utilización del mármol blanco junto a la de
calizas locales.
La inscripción está fechada por 1os cónsules del año 49 aC,
C. Claudius Marcellus y L. Cornelius Lentulus, con lo cual representa
la inscripción mas antigua fechada de la provincia de Cordoba.
Los nombres de 1os cónsules se dan, según la costumbre de la Época, solo con praenomen y cognomen, y esta misma tendencia
hacia la brevedad la volvemos a encontrar en otros muchos
lugares de este texto: Long(ino), maxs(umus), faciund(am),
coer(averunt), pecun(ia), como en otras inscripciones contemporáneas. Ambos cónsules -y sobre todo el posterior- eran enemigos
empedernidos de César, quienes con su ultimatum para que éste despidiese a su ejército y dimitiese con ello de su comando
provincial, hicieron estallar la guerra civil. Contra tal exigencia
intercedieron 1os tribunos de la plebe cesarianos M. Antonius y
Q. Cassius Longinus, pero ya el siete de enero el senado decreto
el senatusconsultum ultimun, y 1os dos tribunos, frente a las
amenazas contra su immunitas, se refugiaron en el campamento
de César. Éste, para reivindicar 1os derechos de 1os tribunos y
para salvar su propia dignitas, cruzo el Rubicón, y 1os cónsules,
junto con la mayor parte del senado, huyeron de Roma. La guerra
civil había comenzado.
El día uno de abril de ese año 10s dos tribunos recobraron su cargo y fueron debidamente recompensados por su lealtad:
M. Antonius fue, como tribunus plebis pro praetore, encargado de
la defensa de Italia cuando César marchó para Hispania, y
Q. Cassius Longinus recibió idéntico cargo en la Hispania Ulterior,
cuando César, después de forzar la capitulación de las tropas
pompeyanas cerca de Lérida, el dos de agosto, y hacerse dueño
de toda Hispania, volvió a Italia y prosiguió en Oriente la lucha
contra 1os pompeyanos
Con este cargo, tribunus plebis pro praetore, Q. Cassius Longinus
aparece en nuestra inscripción, 1o que probablemente significa
que ésta se erigió después de marcharse César de Hispania, en
septiembre del año 49, y seguramente antes de finales del año,
cuando entraron en oficio 1os nuevos cónsules, siendo uno de
ellos el mismo César.
Q. Cassius Longinus, cuya filiacion -C(ai) filius- conocemos
gracias a esta nueva inscripción, no era ningún desconocido para
Hispania. Ya había servido en ella como quaestor bajo Pompeyo
alrededor del año 52, cuando recibió una herida como consecuencia
de una emboscada o una conjura. Fue probablemente por
sus conocimientos del país que César le encargo ese puesto de
confianza.
La construcción de una puerta en La Rambla, 1o que presupone la existencia o construcción contemporánea de una
muralla, quedaría inserta dentro del conjunto de medidas similares
adoptadas en otros oppida de la Ulterior.
Los nombres de 1os magistrados de La Rambla que procuraron
la construcción de la puerta y corrieron con los gastos nos
permiten conocer tanto la administración local preimperial en la
Betica como el sistema onomástico reinante entonces en esta
zona.Ninguno de 1os nombres está atestiguado hasta la fecha en la
Hispania romana. Binsnes Vercellonis f(ililus) es claramente un
nombre indígena. Bins- puede derivar de un Bennes- deformado, y
el sufijo -nes podría indicar un nombre ibérico; sin embargo,
hay que contar en esta zona con una onomástica indígena no ibérica
que todavía no conocemos. El primer elemento del
patronímico parece corresponder a nombres celtas, como Vercingetorix.
Vercondaridubnus, Vercondarna, pero no hay que olvidar
el Vercellae noritaliano y el sufijo que concurre en el
gentilicio -netamente itálico- del duovir cordobés T. Mercello
Persinus Marius. Los nombres del segundo magistrado, al contrario, son enteramente itálicos. Coranus, que se encuentra en Hispania en la
forma Coranius, esta bien atestiguado en la zona central de
Italia; Agrinius/Acrinius hay que compararlo con Acrius/Agrius,
también de extracción centroitalica, mientras que Alpis, un
nombre peligno, se conoce en la forma Alpius por una inscripcion
de Aeclanum, en el país de 1os Hirpinos. Parece, por tanto, que el primer magistrado era indígena, mientras
que el segundo con sus tria nomina, aunque con una filiación
no regular, era inmigrante o hijo de inmigrantes itálicos. La falta
de la tribus hace poco probable que fuera ciudadano romano. Los dos magistrados desempeñaron 1os cargos de decemvir maximus y de aedilis respectivamente. Como el primer mencionado
es, naturalmente, el magistrado supremo, cabe pensar que el
gobierno de esta ciudad, que se estaba fortificando, estuviera
constituido por un concejo de decemviri, presidido por un único
magistrado, el decemvir maximus, cuyo -¿también único?- delegado
seria un aedilis. Un sistema evidentemente antiguo y
bastante distinto del posterior esquema de quattuorviri, compuesto
por dos duoviri iure dicundo y dos aediles, generalizado en las
comunidades hispánicas en época imperial.
No es la primera vez que eacontramos decemviri en la administración local de la Bética, siendo desconocidos en el resto de la
Hispania romana. De Estepa/Ostippo (en la provincia de Sevilla)
conocemos otro decemvir maximus (CIL II 5048, del 15-20 dC), y,
asimismo, un decemvir está atestiguado en Cártama/Cartima (en
Malaga) (CIL II 1953, del 53-54 dC). Los dos casos son muy
posteriores a nuestra inscripción, pero, desde luego, anteriores a
la reforma flavia, y son evidentemente testimonios de una organización
administrativa prerromana en la Bética o, mejor dicho, de
un sistema turdetano ya parcialmente adaptado a 1os patrones
romanos, como demuestran 1os nombres de 1os cargos.
Sin embargo, tal institución del decemvirarus pudo corresponder,
tal vez, a una condición muy concreta: Ostippo era, según
Plinio (n.h. 3, 1, 12), junto con Astigi Vetus (de localización no
determinada), uno de 1os dos oppida libera del conventus Astigitanus.
Por 1o tanto, ya E. Hübner, siguiendo una sugerencia de
D. Detlefsen, suponía que 1os decemviri podían ser una institución
propia de 1os oppida libera, e identificó cuatro de 1os seis
oppida libertate donata mencionados por Plinio (n.h. 3, 1, 7) en la
Bética, a saber: Astigi Vetus, Ostippo, Cartima y Singilia Barba. Es tentador ver en nuestro oppidum ignotum de La Rambla
el quinto caso. Si tomamos el texto de Plinio al pie de la letra, o sea, entendiendo
que enumero todos 1os oppida libera del conventus Astigirtanus,
se seguiría de ello el que el oppidum ignotum de La
Rambla estaba adscrito al conventus Cordubensis, cuya linde con
el Astigitanus bajaría, por tanto, considerablemente hacia el sur,
incluyendo tal vez hasta Montemayor/Ulia.
De todas formas, y aparte de estas consideraciones hipotéticas,
hacia finales del 49 aC, este oppidum se cerco con una muralla o,
con mayor probabilidad, se reforzaron las fortificaciones ya existentes,
para prevenir posibles ataques de 1os pompeyanos. Al
igual que otros oppida de la zona (Montemayor/Ulia, Espejo/Ucubi, Aguilar de la Frontera/Ipagrum, y 1os que hay que presumir
en Santaella y Camorra de Santaella, situados todos en 1o alto
de cerros elevados o en 1os bordes escarpados de pequeñas
mesetas), nuestro oppidum habrá jugado algún papel en la lucha
final entre César y 1os pompeyanos que desemboco en la batalla
de Munda. Si mas tarde, como la mayoría de ellos, se convirtió
en municipio o si se abandono como Teba/Ategua y Munda, es
algo que, por ahora, permanece en la incógnita, aunque hay
datos, sobre 1os que trataremos a continuación, que abogan por la
primera alternativa.
Nuestra inscripción seguramente no se encontró in situ, ya que
no se halló ningún resto de puerta o muralla cerca de ella, pese a
que tenemos conocimiento de puertas y murallas cerca de ella, de antiquisimo
origen,,, en la localidad de La Rambla. Sabemos además que
gran parte de este terreno del moderno cuartel de la guardia civil,
antes convento de las dominicas, fue rellenado en repetidas ocasiones
a 1o largo de su historia. Efectivamente, las primeras obras
del convento se culminaron en el año 1494, realizándose las mismas sobre 1os restos de la iglesia de San Bartolomé, la que, a
su vez, había sido construida sobre las ruinas de una mezquita
árabe. La fundación conoció su apogeo en 1os siglos XVII y XVIII.
Las medidas consiguientes a la desamortización supusieron la
definitiva laicización del edificio, culminándose el proceso con
la transformación, en 1866, del antiguo convento en cuartel de
remonta. Así se mantuvo hasta el año 1899, fecha en la que se
instaló la guardia civil, quien actualmente continua ocupando el
edificio.
Es de suponer que el material para los repetidos rellenos que
eran precisos, por el arrastre de tierra efectuado por el arroyo, no
se trajera desde muy lejos, ya que, o bien se utilizaron 1os
materiales preexistentes en el sitio, o pudieron ser acarreados de la
parte mas alta del pueblo, donde todavía quedan a la vista 1os
restos de la cerca árabe, que posiblemente se basaba en cimientos
mas antiguos. De todas formas, solo unos sondeos arqueológicos
podrían aclarar esta cuestión.
De 1o que no se puede dudar es de que la inscripción proceda
realmente de La Rambla y no fuera traída de otro lugar. Pero
existe, además, toda una serie de datos que atestiguan la ocupación del sitio en época romana, como 1o es la existencia de un
buen número de silos subterráneos que aparecen bajo algunas de
las actuales viviendas de la población, así como en 1os alrededores
de la misma. Se trata de graneros antiguos del tipo puteus,
que Varrón cita como el modelo de almacén para cereales utilizado
en las zonas de clima seco de Hispania (R.R. 1, 57, 2):
Quidam granaria habent sub terris speluncas, quos vocant siros,
ut in Cappadocia ac Thracia; alii. ut in Hispania citeriore, puteos,
ut in agro Carthaginiensi et Oscensi. Precisamente el mencionado
agrónomo latino tuvo ocasión de conocer por si mismo estos putei durante su estancia en la Hispania Ulterior como legado de
Pompeyo en el año 49 aC, fecha de la inscripción que estudiamos.
Este tipo de silos coincide en sus características con el encontrado
bajo la muralla republicana de Urso/Osuna (Sevilla) en las
excavaciones efectuadas por R. C01-20~~~. En esos últimos años de
la República, la producción de cereal de las tierras de la campiña de Córdoba debió ser muy considerable, como 10 demuestra el
hecho de que el propio Varron enviase desde aquí grano a
Petreyo y Afranio que estaban en la Hispania Citerior, e igualmente
a 1os pompeyanos sitiados en Marsella (Bell. Civ. 2, 18,
1-3). En Cordoba, Varron realizó exacciones que ascendieron a dos
millones de denarios, de 1os que una buena parte correspondió a
la recaudación de ciento veinte mil modios de grano, a tres
sestercios por modio (Bell. Civ. 2, 18, 4). La importancia cualitativa
y cuantitativa de las producciones de cereal de estas tierras
implica la existencia de una adecuada infraestructura tendente a
subvenir las necesidades de almacenamiento. Una buena muestra
de esta infraestructura la constituyen 1os diversos hallazgos de
campos de silos, fechables en época ibero-romana, realizados en
la provincia de Cordoba, entre 1os cuales contamos este grupo de
putei que han aparecido, y continúan apareciendo, en La
Rambla.
Las informaciones epigráficas que poseemos de la zona son mas bien escasas. De La Rambla misma conocemos, además de la nueva, tres inscripciones.
La primera es EE IX 232 (funeraria, de 1os siglos II/III, perdida), que se encontró en las Huertas de la Noria, a 0,5-1 km. del pueblo, en dirección a Montemayor, 1o que podría indicar la
existencia de una calzada en aquella zona.
La segunda es CIL I1 1551, hoy perdida, que, según las indicaciones de C.M. Trigueros, fue encontrada en 1771, en unos cimientos de La Rambla misma. El texto fragmentario y desgastado que se leía en esa gran placa rota por la derecha, por 1o demás completa como parece, era como sigue:
Valer (i---)
(---)IL(---)
in munic(---)
M MVNIGA (---) L (---)
5 (---)SENA(---)
La persona nombrada en I. 1 debe ser una mujer (falta el
praenomen), quien, o mandó realizar determinadas obras en varios municipios (en l. 4 Hiibner creia reconocer el municipio de
Munigua; posible, pero no necesario) o, más probablemente, a
quien esta lapida le fue dedicada por sus cargos en distintos
municipios. (no creemos que haya que pensar en una finalidad
funeraria, con (pia) in munic(ipes) en 1. 2/3). Sea como fuere, es
bastante plausible suponer que uno de 1os municipios nombrados
correspondiera precisamente al lugar donde se erigió la inscripción,
con 1o cual éste, a su vez, podría ser municipio también.
La tercera inscripción, cuyo conocimiento debemos al amigo
profesor J. González (Sevilla), se conserva en una colección
particular de Sevilla, y no sabemos nada acerca de las circunstancias
de su hallazgo. Es una placa de mármol blanco de buena
calidad, rota por la derecha y por debajo, rodeada por una
moldura en forma de S (cortada por la izquierda) y con el campo
epigráfico rehundido, de 48 cm de alto, 31 de ancho y 4 de grueso.
Las letras miden 4, 4,5 y 4,8 cm respectivamente (I y F 7-
53). La interpunción es triangular. El texto dice (fig. 4)
L(ucio) · Valerio · + (---)
Valeria (---)
Flavia (---)
El resto de letra en 1. 1 puede ser de A o M, perteneciendo a
una filiación o a un cognomen. Se trata de una inscripción
funeraria dedicada a un tal L. Valerius (de la misma familia que la
persona arriba mencionada en CIL II 1551) por una pariente suya
(hermana o hija), en la cua1 se conmemora por 1o menos a otra
persona mas. Falta más de la mitad del texto, con 1os respectivos
cognomina e indicación de la edad. Por el formulario sencillo (sin
D.M.S.) y las formas de las letras se fechará alrededor de finales
del siglo I o principios del II.
También hemos de señalar las noticias relativas a epigrafia
transmitidas por el manuscrito de José Montañés Lama, quien da
cuenta del hallazgo de tres inscripciones sepulcrales encontradas en el lado oriental de los alrededores de La Rambla.
Refiere asimismo, el hallazgo de un sepulcro romano "con hermosa lapida", cuya inscripción trae Fernández Franco, en una villa cercana a la fuente de San Miguel y próxima a las ruinas orientales.
Otros testimonios indicativos de la presencia romana recogidos en el manuscrito hacen alusión al descubrimiento en 1904, en el lugar llamado Cerro del Plomo, junto a la casa de labor de Manuel
Sánchez de Puerta, de "grandes pedazos de mosaico de primorosa labor..." Y prosigue el autor, "desde este sitio y en dirección a poniente parten varias cañerías formadas con losetas muy raras.
Desde luego se supuso que aquellos restos procedían de algún baño (...), pero la circunstancia de haberse hallado también un pequeño ídolo de Cupido nos mueve a suponer si en este sitio existiria algún templo dedicado a Venus.
Conclusiones igualmente fantasticas se se dedujeron del hallazgo
de "un mosaico de pavimento de un templo dedicado a Juno en la
hacienda Villa-Cañas, en el termino de La Rambla, propiedad del
marques de Cabriñana, de 10s últimos tiempos de la dominación romana".
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Cabeza diademada de Venus encontrada en La Rambla en 1745 - Museo de Málaga |
Un ultimo testimonio -olvidado- de la citada presencia romana
en La Rambla es el recogido por P. Villa y Cevallos en el
catalogo de su colección, donde leemos, "una cabeza diademada
de Venus alabastrina, mayor que a el natural, me la embio
de la Villa de La Rambla ... por el año 1745 Dn. Pedro Fernandez
de Cordova, que la saco de una pared de sus casas de morada".
De la colección de Villa y Cevallos en Cordoba, esta cabeza
colosal (probablemente de una diosa romana del siglo I dC), pasó al Museo Loringiano de Málaga y de allí al Museo de Málaga,
donde se conserva en la actualidad.
Con todo esto, el que en épocas republicana e imperial hubiera
existido un núcleo urbano en el sitio de La Rambla queda fuera
de duda. Pero sólo la aparición de nuevos datos nos permitirá conocer su nombre y sus estatus jurídico con seguridad.